Recursos
Consigue las herramientas necesarias para que las conversaciones con tu joven acerca de sus emociones fluyan de mejor manera.
Aprende con las guías de emociones y temas
Revisa estos temas y emociones para conocer mejor qué podría estar enfrentando tu joven y cómo tener conversaciones acerca de cada punto.
Usa el Kit de preguntas para iniciar la conversación
Tener una conversación sobre emociones puede ser intimidante, en especial para adolescentes y jóvenes. Nuestro Kit de preguntas para iniciar la conversación es un juego interactivo (disponible en inglés y en español) que ayuda a madres, padres, cuidadores, adultos de confianza y jóvenes a tener diálogos profundos. Incluye preguntas para la reflexión, sugerencias para abrir y motivar el diálogo y actividades en las que puede participar toda la familia.
Pónganse creativos a través de la música
A veces es difícil decir lo que estamos sintiendo. Por suerte, hablar no es la única forma de expresar nuestros sentimientos. La música también puede ser una excelente manera de comunicarse. Al escuchar e incluso crear en conjunto sus propias canciones, puedes favorecer la comunicación abierta entre tú y tu joven.
Conoce por qué es importante el bienestar emocional
Aunque cada joven es diferente, los desafíos a los que se enfrentan suelen ser similares. Al hablar con tu joven ayudas a que identifique, aborde y exprese sus emociones de una manera saludable.
Busca ayuda
Adolescentes y jóvenes experimentan diversas emociones, y eso es normal y saludable. Por lo general, las enfrentan de una forma no perjudicial y que les hace sentir mejor (hablar de lo que sienten, buscar que alguien les brinde consuelo, intentar distraerse, escuchar música, etc.). Pero se puede convertir en un motivo de preocupación si su forma de lidiar con ellas es, o se vuelve, destructiva (agredir a otras personas, reprimir sus sentimientos o consumir sustancias).
Si observas cambios evidentes y continuos en el comportamiento o las emociones de tu joven, se podría tratar de un problema más de fondo.
- Cambios en sus hábitos de alimentación, sueño, autocuidado o socialización.
- Cambios en su estado de ánimo o mayor irritabilidad.
- Dificultad o descuido con su higiene personal, autocuidado, etc.
- Miedo o rechazo a entornos, situaciones o interacciones sociales específicas, como ir a la escuela o salir con sus amistades.
- Consumo de drogas o alcohol.
- Ira fuera de lo común, involucrarse en peleas o empezar a llevarse mal con otras personas de forma inesperada.
- Comportamientos imprudentes, impulsivos y fuera de control con mayor frecuencia.
- Retroceso académico.
- Prácticas de autolesión.
- Relaciones de riesgo.