Skip to Content

Guía para las conversaciones

Cómo hablar con tu niño

Tener conversaciones abiertas sobre los sentimientos ayuda a crear confianza, promueve una mayor receptividad y mejora las relaciones.

En esta guía encontrarás cómo tener conversaciones saludables con consejos para cada parte de la conversación.

Prepararse para la conversación

Prepárate emocionalmente

Es importante estar emocionalmente preparado para las cosas que podrías escuchar en esta conversación.

Antes de hablar con tu niño

Dedica un tiempo a pensar en la conversación y los diferentes escenarios que se podrían presentar.

Encuentra formas de conectarte contigo mismo, como ejercicios de respiración, para que puedas controlarte si las cosas se ponen intensas.

Recuerda que esto se trata de tu niño y que quieres hacer lo que sea mejor para él o ella.

Esto te puede ayudar a asegurarte de que podrás controlar tus reacciones. Antes de responder, mantén la calma, escucha y procesa la información que tu niño comparta contigo.

Haz que hablar sobre las emociones (grandes o pequeñas) sea un hábito

Las conversaciones no tienen que ocurrir solamente cuando alguien está molesto. Cuanto más animes a tu niño a hablar sobre sus emociones, será más fácil que acuda a ti por cualquier motivo.

Las conversaciones no tienen que ocurrir en un momento o lugar específico, y los niños no deberían percibirlas como un asunto grave o demasiado serio. Intenta hablar cuando estén pasando tiempo juntos, o cuando estén haciendo una actividad que le gusta a tu niño. Hablen cuando vayan de camino a casa después de la escuela (aunque sean unos pocos minutos) o cuando están preparándose para cenar.

Tengan una conversación casual y relajada. Intenta no tener expectativas de que la conversación tiene que ser larga o profunda. Haz preguntas abiertas para que fluya la conversación, en lugar de que las respuestas sean solo sí o no.

Comparte tus experiencias

Comparte lo que piensas y sientes. Esto ayuda a tu niño a entender y darse cuenta de que está bien reconocer y describir lo que siente. Por ejemplo, podrías decir algo como: “Hoy me desesperé por...", o "me emocioné tanto con...".

Antes de iniciar una conversación con tu niño, siempre prepárate para compartir tus propios pensamientos y sentimientos. Ser honesto con tu niño lo puede ayudar a sentir que puede ser honesto contigo.

Explora más formas de comunicarse